Me sentía inútil por no hacer nada,por
quedarme en mi casa con los brazos cruzados mientras nuestros soldados morían
por defender nuestro país.
Una mañana,sin
pensarlo,me despedí de mi familia,hice la maleta y me presenté voluntaria para
ejercer como enfermera en un pequeño hospital de campaña,
me cubrí con un largo
abrigo de lana y fuí hasta la estación caminando,miraba a mi alrededor en los
rostros de aquella gente que se cruzaba en mi camino,se reflejaban las
consecuencias de la terrible guerra.
Niños que lloraban
por el hambre,madres desesperadas pedían limosnas,sus hombres estaban luchando
y ellas se habían quedado solas.esos rostros,esas imagenes,me hacían caminar
con paso más firme hacia mi destino,subí al tren y comenzó mi viaje,un viaje
que cambiaría el resto de mi vida.
Tras 20 horas de viaje,por fin,llegué a mi
destino,me recibió en la estación Ana,la enfermera jefe de aquel hospital de
campaña para nuestros soldados el cual seria mi hogar durante 3 meses.Me abrazó
y me dio las gracias por ofrecerme como enfermera voluntaria, coloqué mi maleta
sobre la cama que me había sido asignada,saqué mi uniforme y me recosté para
descansar del viaje.Los primeros 15 días fueron terribles,las imagenes que vi
eran escalofriantes,hombres mutilados,otros llegaban ya sin vida a nuestro
hospital,algunos lloraban de pena por no poder seguir sirviendo a su
patria,pero una tarde entró un hombre con un fuerte golpe en la cabeza,sangraba
y no recordaba nada,ni su nombre... NADA.
Era un hombre moreno de grandes ojos
verdes,sin nombre ni pasado,ni memoria, cuidé de él durante dos días,sin
apartarme ni un solo instante de la cabecera de la cama de aquel misterioso
hombre,sin recuerdos,sin pasado.Curaba con delicadeza su herida mientras le
decía:"Tranquilo,aquí estás a salvo",el me miró y me sonrió
dulcemente antes de quedarse dormido.
Ana se acercó a mi,puso su mano en mi hombro y
me sonrió:-"ES UN HOMBRE MUY ATRACTIVO",me dijo con voz suave,-
"PERO DEBERÍAS IR A DESCANSAR" y así lo hice,con desgana por alejarme
de él,pero tenia que descansar.A la mañana siguiente,el sol que entraba por mi
ventana,acariciaba mi rostro y daba color a mi piel,sentí un beso en mi
frente,abrí los ojos y ahí estaba él,sentado junto a mi cama,aun con los vendajes
que yo le había puesto el día anterior-,"QUE HACES LEVANTADO?",le
pregunté mientras me incorporaba para quedarme sentada en la cama,- "PENSÉ
QUE MI ENFERMERA QUERRÍA ACOMPAÑARME A DAR UN PASEO,Y ASÍ TOMAR UN POCO EL
AIRE",sonreí y acepté su invitación.
Lo agarré del brazo y paseamos por un pequeño
parque natural cercano al hospital, le pregunté si recordaba algo,un lugar,un
nombre,algo que nos ayudase a saber quien era,su rostro cambió,la mirada alegre
con la que me había despertado se volvió triste,perdida,-"NO RECUERDO
NADA",me dijo,- "NI TAN SIQUIERA SÉ SI TENGO FAMILIA",se
detuvo,estaba algo mareado,le aconsejé que se tumbase sobre el césped.
Unas lágrimas
asomaron a sus ojos,me produjo ternura y tumbándome sobre él,le abracé
fuerte,con un abrazo transmite miles de sensaciones,un abrazo tiene un extenso
lenguaje y el abrazo de aquel soldado me expresaba...Deseo.
Mis pechos estaban
muy cerca de su cara,de su boca,lo suficiente como para mordisquearlos por
encima de mi uniforme,intentó arrancar los botones de mi camisa con su
boca,mientras sus manos acariciaban mis muslos,subiendo hasta la
entrepierna...Le dije..."ESTO NO ESTÁ BIEN",pero hizo caso omiso a
mis palabras y siguió jugando con sus dedos y mi entrepierna.Mis pechos quedaron
al descubierto,estaba sentada sobre él,noté su excitación mientras frotaba su
cara contra mis pezones,como si quisiera impregnarse de mi perfume, paseaba su
lengua por mis pezones,los mordía con los labios y tiraba de ellos.
Me miró fijamente y
me dijo-"VEN,TUMBATE Y DEJATE LLEVAR,DISFRUTA",me tumbé sobre el
césped y él se arrodilló junto a mi a la altura de mi cabeza,desabrochó su
pantalón,levantó ligeramente mi cabeza llevándola hasta su pene y...penetró mi
boca,lo miré mientras lo lamia y vi como la vena de su cuello se dilataba...se
mordía el labio inferior mientras echaba la cabeza hacia atrás,- SIGUE ASÍ!,me
dijo susurrando,-"ME GUSTA SENTIRLA DENTRO DE TU BOCA,CALENTÁNDOLA CON TU
SALIVA" pero cuando estaba a punto de explotar,se apartó,abrió mis piernas
y se metió entre ellas,siguió de rodillas y yo tumbada,subió mis piernas hasta
sus hombros y ahí quedaron apoyadas mientras el me penetraba con movimientos
bruscos,secos,entre gemidos y sudor.Fue una explosión de sensaciones que con
tan solo recordarlas me excitaba y así durante 15 días...nos encontrábamos en
aquel sitio que convertimos en nuestro y dejábamos volar nuestra imaginación,el
seguía sin recordar y yo,no quería que lo hiciera.
Una mañana,Ana se
acercó a mi y me dijo:-"HA LLEGADO INFORMACIÓN SOBRE TU MISTERIOSO
HERIDO,SU TENIENTE NOS HA ENVIADO LA LISTA DE NOMBRES DE TODOS LOS QUE ENTRARON
A NUESTRO HOSPITAL AQUELLA TARDE"...Antes de mirar la lista y sus datos
suspiré y mantuve la respiración unos segundos,el misterio estaba a punto de
dejar de serlo y por fin podría llamarlo por su nombre...
Soldado José Ruiz,28
años,casado y padre de 2 niños.Mi corazón se partió en mil pedazos, los 2 meses
siguientes fueron los más tristes de mi vida,lo que yo aun no sabia es que mi
agonía recién empezaba.La guerra había terminado y volví a casa con la alegría
que ocasionaba el final de esa maldita guerra pero con mi vida rota. Empecé a
trabajar como enfermera en un hospital a las afueras de mi ciudad,todos los
días me sentaba en un banco del hermoso jardín que había justo frente al
hospital,pero una mañana,el destino me tenia preparada otra gran burla...
Lo vi a él,a mi gran
y único amor,paseaba de la mano de su esposa y 2 niños corrían alrededor de
ellos... Yo que había sido protagonista en su vida,pasé a ser espectadora.En mi
vida la única ilusión que me mantenía viva era el poder verlo pasear cada
día,escondida en aquel banco que se había convertido en mi segunda casa.Los
años pasaban y envejeciamos cada uno por su lado, sus hijos se hicieron hombres
y los paseos eran tan solo con su esposa,habían pasado casi 50 años y jamas
había permitido que otro hombre me tocase,mi vida entera la dediqué a
observarlo.
Una mañana de otoño
no acudió a su paseo,ni él,ni su esposa,pensé que estaría enfermo o quizá tuvo
que quedarse con uno de sus nietos,pero después de una semana sin verlo,mis
fuerzas se agotaban y los nervios estaban a flor de piel... La semana siguiente
vi a su esposa,caminando con la mirada perdida y de luto riguroso...
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